Jardineria zen

En este párrafo hablaremos sobre la jardinería zen, sus principios, diseños, emplazamiento y características. A la hora de la realización y decoración de jardín, nos surgen infinidades ideas y formas de hacerlo, desde las más simples hasta las más complejas. Para ello, se debe buscar distintos tipos de modelos, ya sea en libros, revistas, Internet, etc. Si puede optar por algo convencional, de estilo occidental, o si lo que se quiere es algo distinto, una buena opción es la jardinería zen. Este tipo de jardinería ha surgido como una nueva tendencia en el medio, dándole un toque distinto a las casas, que antes no tenían. Si bien se puede realizar en un espacio grande, y es así como se los implementa en los países asiáticos, también se lo puede llevar a cabo en espacios más reducidos y con pequeñas piezas, que se pueden colocar, tranquilamente, en cualquier parte de la casa.

Este estilo de jardinería, que es la jardinería zen, tiene su base en una filosofía antigua. Tiene sus raíces en el siglo XIII, aunque esto no ha condicionado en nada, a la técnica, ya que sus principios son tan valederos hoy en día como lo eran en ese entonces, cuando surgió. El objetivo principal de la jardinería zen, es el de lograr que eses espacio sea un lugar dedicado a la meditación y contemplación. Una de sus ventajas, es que se puede desarrollar tanto en el exterior como en el interior de la casa, sin modificar en gran parte el diseño. Su importancia, tampoco radica en su tamaño, sino en los elementos utilizados a la hora de la realización del jardín. Vale aclarar, que este tipo de jardinería, no es empleada para que sean utilizados para pasear o para la recreación, más bien, se los utiliza, para “ser observados” y para la meditación. Hoy en día, la jardinería zen, es muy popular en todo el mundo y es una de las principales opciones a la hora de crear un jardín. ¿A que se debe esto?

Una de las razones mas frecuentes para justificar esta abrumadora inclinación por la jardinería zen, se debe a lo que, estos jardines, le transmiten a las personas que habitan o frecuentan el lugar. Tienen una gran capacidad para otorgar quietitud y serenidad al hogar. Además, se los utiliza a modo de imitación de una de las costumbres que tienen los budistas, la meditación. Ellos, tienen un estilo de vida muy tranquilo y sereno, algo que, para los que viven en la ciudad es difícil de lograr, y es ahí donde realizan la mayoría de sus tareas, por lo que este espacio es de suma importancia, para llevar a cabo su filosofía de vida (les representan el universo y ellos son quienes están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad). Es preciso aclarar, que si uno no esta dispuesto a realizar tareas de meditación largas, en las que se precisa de mucha tranquilidad y concentración y no se las puede conseguir, la experiencia de implementar la jardinería zen, se puede transformar en una experiencia agradable, meditativa y estética.

¿En qué lugar hacer la jardinería zen?

Antes de llevar a cabo la jardinería zen, es necesario considerar tres aspectos importantes, que funcionaran como la base de estos jardines, sin importar su tamaño. Estos son: la simplicidad, la fluidez y el espacio. Una vez que se decide emprender el proyecto del jardín completo, es decir, todo lo que engloba la jardinería zen, se debe encontrar un espacio propicio para una buena contemplación, lejos de los animales y niños y de todo lo que pueda perturbar su estructura y diseño. Lo que se recomienda es construir un recipiente de madera, aunque si este material no es del agrado del dueño, se pueden utilizar otros tipos de materiales. Este tiene que tener al menos diez centímetros de profundidad para poner la arena en él, intentando que esta sea la más fina posible.

Luego se comienzan a desarrollar los demás elementos de la jardinería zen, realizando líneas simples y limpias y empleando elementos decorativos, como la piedra, roca o grava. Pero ahora, centrándonos en una perspectiva mas estética, se puede utilizar la jardinería zen y sus agregados, como una forma de decorar el jardín y hacerla mas agradable para los invitantes y para quienes habiten en ella, logrando que embellezca al resto de la casa.