Jardinería árabe

Muy pocos saben bien qué es la jardinería árabe, por eso, en este artículo detallaremos todos los aspectos necesarios que debemos saber para distinguirlos de otro tipo de jardines. En principio tenemos que decir, que, desde tiempos inmemoriales, los jardines constituyeron para los árabes, un lugar privilegiado. También, realizaron grandes avances en jardinería, botánica y agricultura. La jardinería árabe, según sus características principales, contiene entre otras cosas, lo siguiente: Responde a la idea de un patio interno de un hogar, teniendo como eje central, al sol. Generalmente, son de forma cuadrada porque responden a una jerarquía, buscada por los jardineros en la actualidad. Los paseos perimetrales, que se disponen a modo de pasarela, dentro de los jardines, son de algún modo, un observatorio de todas las especies que allí abundan.

Como son jardines a cielo abierto, los espejos de agua son fundamentales y muy característicos, que reflejan el cielo en su magnitud. Además, son utilizados como riego. Siendo el agua y la vegetación arbórea, los dos pilares fundamentales, de la jardinería árabe. Una característica especial del sistema de riego, es que circula sobre los andenes “Observatorios” circulando en forma permanente, humedeciendo el ambiente y refrescándolo, ideal para el crecimiento de especies exóticas. El perfume, en la jardinería árabe, es muy característico ya que, durante el día y la noche, están presentes, aromatizando todo el paisaje. El Corán, está presente ofreciendo cada tanto, una suerte de ventanas con versículos del mismo y además, otros textos que nos elevan a un bienestar sublime. El aroma, los colores, el perfume, la humedad del ambiente, dan una característica sumamente especial, casi idílica.

Los frutos y las hortalizas no pueden faltar en la jardinería árabe, dando un aspecto bastante especial, único se diría. No debemos olvidarnos tampoco de la pimienta, el azafrán, el comino, el laurel, etcétera. Una verdadera conjunción entre las hortalizazas, vegetales, frutos y flores. Si seguimos definiendo la jardinería árabe, no deberemos dejar de mencionar a las albercas que poseían a los nenúfares, las plantas acuáticas muy aromáticas por cierto, es por ello, que cuando uno ingresa a este tipo de jardines, todos los sentidos están alerta: La vista, el olfato, el tacto y porqué no, el oído. Ya que el sonido del agua y de alguna especie de ave que se acercaba a olfatear estas riquezas, se podía oír agudizando nuestros sentidos, sí, un verdadero paraíso, el estar en presencia de un jardín. El oficio de jardinero, que eran los que cuidaban estos jardines, era muy digno y sumamente apreciado por emires y califas. Este jardinero es considerado un complemento entre los perfumistas, un eslabón fundamental ya que tenían mucho que ver con las fórmulas magistrales de las esencias, dentro de la jardinería árabe.

Origen de la jardinería árabe

El origen de la jardinería árabe, está relacionado con el trabajo de los naturistas árabes que eran incansables colectores de especies, en la que cultivaban diversas especies de plantas, traídas de tierras lejanas. Si hablamos un poco de historia, entre los siglos XI y XII, surge una escuela agrónoma, la que sería la más importante del Islam clásico. Los principios del jardín árabe son la prolijidad, y el agua el oasis que brinda al árabe sombra, agua y alimento. Siendo el principal principio de la jardinería árabe.

No se trata solo de un jardín ornamental, sino que también, al plantarse frutas sirven de alimento. Las principales plantas frutales que se cultivan en la jardinería árabe, son los damascos, los dátiles, los naranjos, el limón y las palmas.

En la jardinería árabe esto adquiere mucha importancia, porque simboliza la vida, la armonia y la paz, es por eso que predominan los colores, los aromas y los sonidos, tanto de día como de noche, en los que los pájaros se acercan a beber de esa agua y a beber de su néctar, un sitio en donde preponderan el silencio, la armonía y la sensación de paz.