Injerto de arboles frutales
Injerto de árboles frutales El realizar un injerto de árboles frutales es hacer la tarea de poder unir profundamente a dos partes vegetales, de forma tal que las dos partes queden “soldadas” entre sí, y que permanezcan unidas y que puedan continuar una nueva vida, juntas la una de la otra. De esta manera van a formar una especie de simbiosis. Lo más normas es que alguna de las dos partes que forman parte del injerto de árboles frutales toma el rol del sistema radical, y forma el nombrado patrón o porta injerto, y la segunda parte que forma el injerto de árboles frutales pasaría a ser vestigio o variedad, ya que se puede derivar de un sencilla yema o de una vareta o púa.
Existen una gran variedad de formas para poder realizar injertos de árboles frutales, todos estos métodos son muy similares entre sí, pero difieren en un simple detalle técnico. Ya que en algunas ocasiones el método que se elige para poder realizar los injertos de árboles frutales, son escogidos por los especializados, y otras veces se debe utilizar el que más convenga dependiendo de la situación. Para que los injertos de árboles frutales tengan un buen resultado, y que nosotros nos podemos sentir orgullosos de nuestra tarea, es indispensable que se esté al tanto de algunos puntos importantes. El cambium es la parte más fina de las células que se localiza situado entre medio de la corteza y la madera de los troncos de los arboles. Si nosotros levantamos la corteza de un árbol especifica durante la etapa del ano de la estación de primavera, vamos a ver que el cambium se va a poder identificar muy rápido, ya que es la capa más brillante, resbaladiza, y suave que se separa. Y justamente esa capa, el cambium, es el tejido más importante, que se debe encontrar en contacto con el mismo tejido de la pieza que va a ser injertada.
Por ende, los dos cambium, se van a tener que colocar en contacto el uno con el otro, ya que esas son las piezas de crecimiento de los arboles. Cuando estas dos capas se encuentran en contacto, una con la otra, en la mayor cantidad de área posible, vamos a ver que la herida que hemos provocado va a empezar a curarse poco a poco, y se va a ir sellando.
Cuidados para los injertos
Cuando el injerto de árboles frutales se comienza a sellar, vamos a ver que en esa misma área se va a ir formando un callo, y cuando esto ocurra, estaremos seguros de que el injerto que producimos fue exitoso. Debemos saber que siempre vamos a tener más posibilidades de tener un resultado satisfactorio si el cambium se encuentra en actividad y con la humedad suficiente. Luego de que el callo se haya producido, vamos a observar que este se va a comenzar a secar, y se va a destruir de una manera muy simple. Pero no debemos dejar que esto ocurra, ya que si no los injerto de árboles frutales no resultarían. Por eso debemos estar muy pendientes a lo largo de esta etapa, y controlar el injerto todos los días, más de una vez diaria, para impedir que se seque, ni se agriete, ni se encoja.
Los injerto de árboles frutales se los han divido en dos grandes categorías injertos de madera, e injertos de corteza. En los injertos de madera, el injerto de albura se abre o se corta, y se lo coloca de manera tal que se encuentre en contacto cambial con el patrón. Entonces, el injerto logra mantenerse en pie gracias a las tensiones que va a provocar el leño, por esta razón, y gracias a esa tensión, no se debe hacer ningún tipo de marre o de sujeción con clavos ni nada por el estilo.
En cambio, los injerto de árboles frutales que se realizan por medio de la corteza, la madera correspondiente al patrón no ve parte en ningún momento ni se la corta.
Lo único que se hace es levantar a la corteza, para poder permitir de esta manera que las capas de cambium del patrón y las del injerto se comiencen a poner en contacto, para que comience la nueva vida, juntas. De la única manera en que se puede realzar un injerto de árboles frutales de corteza, y que sea exitosa, es si la misma se realiza en los meses pertenecientes a la estación del ano de la primavera. Ya que es únicamente durante esos días del año cuando la corteza se encuentra en un estado en la que se la puede levantar y resbala con facilidad, gracias a las temperaturas caldas, pero no agobiantes de calor. Los injertos de árboles frutales son un método que se está utilizando cada vez más y con más frecuencia en el mundo de la jardinera.
